miércoles, 6 de marzo de 2013


 EL LENGUAJE .

La capacidad de inventar y de adquirir un lenguaje es uno de los aspectos más distintivos del desarrollo humano. Sin el lenguaje no se podrían desarrollar ni transmitir acepciones, valores y tradiciones en común. El lenguaje puede ser considerado tanto un producto o un reflejo de la cultura, como un factor modelador o limitativo del desarrollo cognitivo. Refleja las clases particulares de estandarización psicosocial de las relaciones palabra – objeto y,  palabra – idea, como también las actitudes, los valores y los modos de pensar característicos de una cultura determinada. El individuo en desarrollo aprende a percibir en forma selectiva, en función de los esquemas clasificatorios de que dispone en su lengua materna; si en esta no se reconocen determinadas distinciones conceptuales, al individuo le resultara muy difícil establecerlas por sí mismo. En consecuencia, las pautas de pensamiento características de una sociedad determinada afectan la índole del lenguaje que se desarrolla en ese medio y a su vez, el lenguaje modela y limita el tipo de pensamiento que sustentan los miembros individuales de la cultura.
En muchos aspectos, el comportamiento vocal de los organismos infrahumanos se asemeja al de los niños en etapa iniciales del desarrollo lingüístico. Es así como se observa que animales no entrenados vocalizan con espontaneidad, imitan los sonidos de su ambiente y se comunican eficazmente entre sí.   Así mismo muchos animales pueden ser entrenados para reaccionar de modo distintivo ante diferentes indicios verbales para remedar palabras humanas y para emplear estas como respuestas a las situaciones apropiadas.
El hecho de que los seres humanos seamos los únicos que hemos desarrollado un verdadero lenguaje puede ser atribuido  a diversos factores. En primer lugar cantamos con un complejo mecanismo de vocalización dotado de una gran versatilidad para producir sonidos, que tienden a balbucear espontáneamente durante la primera infancia y demuestran una relativa habilidad para la mímica. Mucho más importante es el hecho de que poseen una capacidad infinitamente mayor respecto del simbolismo representacional, la conceptualización verbal y el manejo de ideas abstractas. Las agrupaciones culturales, están en condiciones de estandarizar y perpetuar los significados en común de los símbolos verbales que inventan.

INDOLE DEL LENGUAJE.

Se puede definir el lenguaje por medio de ciertos rasgos estructurales que, tomados, en conjunto hacen posible que un individuo con poderes limitados para el aprendizaje discriminatorio y con una memoria restringida pueda trasmitir y comprender una infinita variedad de mensajes y que lo haga a pesar del ruido o las distracciones.
El sistema del lenguaje comprende tres componentes principales: la fonología, la sintaxis y la semántica.
La fonología es el estudio de los sonidos más básicos que constituyen el lenguaje hablado. La unidad analítica particular es el fono, que designa toda ocurrencia toda ocurrencia específica de una vocal o una consonante. Los fonemas constituyen una categoría de fonos que son distintivos para los hablantes nativos de una lengua. Como señala Brown: los fonemas se componen de vocales y consonantes y corresponden de un modo general, a los caracteres de un sistema alfabético escrito. En sí mismo los fonemas carecen de significado o sea no tienen contenido semántico. Ningún idioma emplea muchos fonemas. En las diferentes lenguas se extienden desde unos 15 hasta alrededor de unos 85. Es probable que su cantidad sea escasa debido a que es conveniente utilizar solamente sonidos que puedan producirse o identificarse con facilidad. Pueden ser combinados de varias maneras dando lugar a la formación de una unidad más compleja llamada morfema. Está representada por una secuencia de uno o más fonemas.
La sintaxis es el estudio de un conjunto de reglas para combinar, morfemas de manera de construir palabras y oraciones. La semántica es el estudio del significado de las palabras y las oraciones 

El lenguaje en el nivel Preescolar

Los niños nacen con la capacidad para aprender el lenguaje. Desde la primera vez que la madre y el niño exploran mutuamente sus caras, los niños aprenden el significado de sonreír, reír y fruncir el ceño. Las reacciones del bebé respecto a la sonrisa de sus madres y viceversa son las primeras conversaciones de una larga vida, llena de acontecimientos motivados por el lenguaje humano.
Al nacer, la estructura neurológica del cerebro del bebé aún se está organizando. Aunque el número de neuronas es enorme, éstas siguen en aumento; además, algunas células cerebrales ya están listas para emprender tareas específicas desde el nacimiento, forman nuevos enlaces que ayudan al bebé a adquirir habilidades. Cada experiencia en la vida del bebé crea un enlace entre neuronas que se fortalece con la repetición de experiencias. La información proporcionada por alguno de los padres o los educadores ayuda a los niños a organizar y a hacer relaciones en su mundo sensorial tanto como de las interacciones personales.

Los estudiosos afirman que hay periodos propicios en los cuales algunas habilidades pueden aprenderse con más facilidad que otras debido a la disposición neuronal. Por ejemplo, los enlaces neuronales relacionados con el uso de la vista se llevan a cabo durante los primeros cuatro meses de vida; sin embargo, otros periodos duran más tiempo. Durante estos “periodos de susceptibilidad”, algunas habilidades, como el lenguaje, se aprenden con mayor facilidad durante los primeros cinco o seis años de vida que a otra edad.

 Los niños aprenden mejor su lengua materna durante este periodo sensitivo y pueden aprender otras lenguas con mucho menor esfuerzo que un adulto. Los niños que aprenden diferentes idiomas en este periodo son capaces de dominarlos tan bien como su lengua materna. Para los niños no es una dificultad “confundir” la gramática, los sonidos o el vocabulario de diferentes lenguas, siempre y cuando los aprendan antes de que este periodo comience a cerrarse.

Funciones de los padres o educadores
Gran parte de las vivencias de los padres/educadores proporcionan experiencias sensoriales enriquecedoras, la mayoría de las veces no intencionales, que estimulan el cerebro y el desarrollo del lenguaje A continuación, se enlistan algunos ejemplos  de actividades:
Experiencias relacionadas con dar besos, hacer cosquillas con la boca en las manos o en los pies o esconderse y reaparecer para hacer reír al bebé:
• proporcionan estimulación multisensorial: oral, táctil y visual
• dan al bebé estimulación repetida y directa con secuencias relacionadas con “ver, oír y sentir”
• brindan diferentes oportunidades de mostrar afecto, verbal o no verbal
• estimulan la emisión de sonidos antes y después de una acción, y
• dan la oportunidad a los padres de conversaciones “físicas”.
Experiencias relacionadas con lavar el pelo del bebé:
• permiten que conceptos (tibio, mojado o espuma) y acciones (cerrar, abrir, lavar o secar) se adquieran de manera natural
• fomentan la confianza y la cooperación entre el adulto y el niño mediante la interacción
• posibilitan mostrar secuencias con un principio, una mitad y un final que enseñan al niño a seguir instrucciones.

Los padres y el desarrollo del lenguaje
Los bebés responden de manera diferenciada a aspectos de la voz humana y los sonidos ambientales casi inmediatamente después del nacimiento: la madre y el niño son capaces de reconocer y responder a sus voces desde esta temprana edad del infante. A los bebés les da mayor tranquilidad escuchar música rítmica vocal que los sonidos “tranquilizantes” que no pertenecen al lenguaje, ya que reconocen las diferencias entre ambos sonidos y pueden diferenciar sonidos del habla en diferentes idiomas poco después de nacer. Durante los primeros seis meses, el bebé puede diferenciar los sonidos de las vocales y las consonantes de su lengua materna, de los pronunciados en otras lenguas. Los bebés entienden la intención del hablante a partir de la entonación de la voz y sostienen “conversaciones” a edad muy temprana, que se amplían con vocalizaciones, palabras y gramática a medida que el niño se desarrolla.
Los bebés son vocálicos de nacimiento y producen una creciente variedad de sonidos (al relamerse, al hacer trompetillas, al dar suspiros con algún sonido de vocal o semivocales entonadas/deslizadas) durante los primeros seis u ocho meses. Los padres en todo el mundo responden a las vocalizaciones de los bebés imitándolos, agregando sonidos o “conversando” en una forma de habla conocida como habla infantil (motherese).
El habla infantil se basa en sonidos reconfortantes, repetidos y cortos, y frases repetidas que los padres utilizan en todo el mundo cuando interactúan frente a frente con un niño.
Los primeros sonidos, las sílabas que se balbucean y las primeras aproximaciones de palabras pronunciadas por los bebés son similares en diferentes lenguas, en lo que se refiere a su estructura lingüística .Con el tiempo, estas diferencias se equilibran.
Los sonidos predominantes del habla, la estructura silábica y tonal, así como la distribución de los componentes de las primeras palabras pronunciadas van tomando forma a partir de la estructura del lenguaje de los padres. Los niños intuyen los límites de las palabras y la gramática, reconocen categorías de palabras y conceptos; aprenden las reglas del orden de las palabras y adquieren conocimientos sobre muchos otros aspectos del lenguaje a medida que escuchan a los adultos hablar.
En materia de conocimientos lingüísticos, son admirables los logros que han alcanzado la mayoría de los niños al cumplir los cuatro o cinco años.
Los niños privados de la información que ofrece el lenguaje temprano (cara a cara) brindado por los padres o educadores cercanos, desarrollan algún déficit en todos los aspectos relacionados con la cantidad y la variedad de los sonidos del habla, con el vocabulario y con la complejidad del lenguaje. Una vez que estos niños reciban un cuidado individual, frente a frente, por parte de adultos que conversen en lenguaje infantil, entonces empezarán a alcanzar a los niños de su edad que provienen de un ambiente más enriquecido en materia de lenguaje.

El lenguaje es un acto social, resultado de la intervención de diversos factores:

- los estímulos del medio
- la inteligencia del niño
- la afectividad o mundo emocional del niño (un niño no atendido, rechazado..., puede abocarle a un mundo cerrado, de incomunicación).
Sabemos que cada niño sigue su propio ritmo; así también lo hace en el lenguaje, pero hay una serie de signos que será conveniente observar pues nos alertarán de que algo no marcha bien:

- que un bebé sea silencioso y no balbucee durante los primeros meses.
- que entre los 12 y 24 meses no comprenda órdenes sencillas (señalar con el dedo algo que se le nombra, negar con la cabeza, decir adiós con la mano,...) ni desarrolle una jerga (un habla) espontánea.
- que, alrededor de los 2 años, no pronuncie palabras parecidas a las del lenguaje establecido.
- que sobre los 3 años y medio, su habla no pueda ser entendida por personas que no forman parte de su núcleo familiar.
Si un niño de 2 años y medio no habla es importante discriminar:

- si comprende el lenguaje, lo que se le dice.
- si puede haber alguna lesión neurológica, sensorial ( de la audición, sobre todo)o motriz (ha de poder "hacer" lo que oye) o déficit en los órganos de fonación.
- si cuenta con un nivel de inteligencia suficiente; lenguaje e inteligencia van muy unidos.
- si le rodea un ambiente adecuado (de buena estipulación).
- si le rodea algún problema más de tipo psicológico, que pueda estar influyendo en dicha adquisición (algún bloqueo emocional, nacimiento de un hermanito,...).
Si se observa alguno de estos puntos, será conveniente consultar al pediatra o especialista en cuestión.

Algunos Trastornos de lenguaje

DISFONIA
Es un trastorno o alteración del tono o timbre de la voz en su emisión provocado: por un funcionamiento prolongado que fatiga los músculos de la laringe o por un trastorno orgánico.
Puede ser crónica o transitoria.
DISLALIAS
Es un trastorno o alteración en la articulación de los fonemas o sonidos: bien sea porque se omiten algunos de ellos o porque se sustituyen por otros.
Tipos:
- Dislalia evolutiva: propia del desarrollo evolutivo del niño. Se considera dentro de lo normal, pues el niño está en proceso de adquisición del lenguaje y los errores se irán corrigiendo progresivamente.
- Dislalia funcional: no se encuentra causa física ni orgánica en esas alteraciones de articulación. Puede cometer diferentes tipos de errores: de sustitución (sustituir un fonema por otro), de omisión (no pronunciarlo), de inversión (cambiarlo por el siguiente) y de distorsión.
- Dislalia audiógena: la alteración en la articulación de fonemas se produce por una deficiencia auditiva.
- Dislalia orgánica: la causa puede estar en los órganos del habla (diglosias) o por una lesión cerebral (disartrias).

DISFASIAS
No hay mucho acuerdo sobre su definición.

Se aplica a aquellos niños con un trastorno severo del lenguaje, tanto en la comprensión como en la producción y cuyas causas no se explican por problemas sensoriales, intelectuales, neurológicos,...
Suelen ir asociadas a otros trastornos (atención dispersa, aislamiento,...)

AFASIAS
Trastorno del lenguaje producido por alguna lesión cerebral, después de que el individuo haya adquirido el lenguaje
Hay diferentes tipos según donde se localice la lesión.

DISFEMIA O TARTAMUDEZ
Consiste en la dificultad de mantener la fluidez normal del habla, dando lugar a la repetición rápida de sonidos y/o sílabas, provocando bloqueos al intentar pronunciar una palabra.

- Suele acompañarse de otros movimientos corporales (parpadeo, muecas, balanceo de brazos,...) que pretenden encontrar ayuda para superar el bloqueo verbal.
- Desaparece espontáneamente en la mayoría de los casos; responde a una tensión propia de entre los 2 y 5 años (edad en la que suele hacer su aparición).
- No inquietarse con el niño, sino darle confianza e intentar relajar su tensión.
- Los tartamudos no siempre tartamudean; pero una vez se ha iniciado el trastorno, saben con antelación qué palabra les causa el problema y eso puede provocar aún más ese rasgo.
- La actitud más correcta estaría en ignorar el tartamudeo temprano del niño, pues cuanta más conciencia tenga éste de su tartamudez, es más fácil que el problema empeore. Se le hablará correctamente, con paciencia, sin terminar las frases que el niño inicie, ni interrumpirle. Y favorecer un clima de tranquilidad y relajación (sin prisas), cuando se entable conversación con él.
- Si el tartamudeo es grave o no mejora, habrá que buscar la ayuda de algún especialista infantil.
FARFULLEO
Se trata de una alteración en la fluidez del lenguaje, en la que el individuo habla a gran velocidad, articulando desordenadamente.A veces se confunde con la tartamudez.


Perfecto 130?


LAS 150 COSAS A LAS QUE LE TIENEN MIEDO LAS PERSONAS MÁS INTELIGENTES DEL MUNDO

Cada año, la revista digital Edge, supuestamente el sitio más inteligente del mundo, les pregunta a los mejores científicos, tecnólogos, escritores y académicos que respondan una pregunta. La pregunta de este año fue: "¿Por qué debemos estar preocupados?" y la idea era identificar los nuevos problemas en la ciencia, tecnología y cultura que no han sido ampliamente reconocidos.
Entre los entrevistados de este año están los ex presidentes de la Royal Society, premios Nobel, autores de ciencia ficción, y una bola de físicos teóricos, psicólogos y biólogos. Y la lista es larga. Todo un libro. Hay unas 130 cosas que preocupan a 151 de los más grandes cerebros del planeta., puedes leerlo todo aquí.

¿Qué es lo que mantiene a los Cerebritos del mundo despiertos por las noches?

.025 Que la violencia sea más amorosa y el Amor más violento osease 5+8= 1 Bochoskinner Psicólogo Conductual
1. La proliferación de la eugenesia china. – Geoffrey Miller, Psicólogo evolutivo
2. La teoría del cisne negro, y el hecho de que seguimos dependiendo de modelos que se ha demostrado son fraudulentos. – Nassem Nicholas Taleb
3. Que no podremos derrotar viruses aprendiendo a empujarlos más allá del umbral de error. – William McEwan, Investigador de biología molecular
4. Que la pseudociencia siga ganando terreno. – Helena Cronin, Escritora, filósofa
5. Que la aceleración de la tecnología nos abrumara con oportunidades para preocuparnos. – Dan Sperber, científico social y cognitivo
6. Verdaderos eventos apocalípticos. El creciente número de eventos con baja probabilidad que podrían llevar a una completa devastación de la sociedad humana. – Martin Rees, ex Presidente de la Royal Society
7. La decreciente cobertura científica en los periódicos. – Barbara Strauch, editora de ciencia para el New York Time
8. Estrellas que explotan, el eventual colapso del sol, y los problemas con la identidad humana que no nos permiten lidiar con esto. – John Tooby, fundador del campo de la psicología evolutiva
9. Que el internet está arruinando la escritura. – David Gelernter, científico computacional de Yale
10. Que las personas inteligentes como aquellas que contribuyen a Edge, no hagan política. –Brian Eno, músico
11. Que habrá otra crisis financiera de proporciones épicas. –Seth Lloyd, profesor de mecánica cuántica ingenieril en MIT
12. Que los buscadores se convertirán en árbitros de la verdad. – W. Daniel Hillis, físico
13. La escasez de parejas deseables es algo que nos debe preocupar, pues “está detrás de la traición y brutalidad humana”. – David M. Buss, profesor de psicología en la U de Texas
14. “Me preocupa que nuestra tecnología ayude a llevar ese largo consenso de la posguerra contra el fascismo a su fin.” – David Bodanis, escritor, futurista
15. Que ciertas malas palabras seguirán siendo tabú. – Benhamin Bergen, Profesor asociado de ciencia cognitiva en UCS
16. Privación de datos. –David Rowan, editor, Wired UK
17. Que las tecnologías digitales están acabando con nuestra paciencia y cambiando nuestra percepción del tiempo. – Nicholas G. Carr, escritor
18. Una “bomba de despoblamiento.” – Kevin Kelly, editor, Wired.
19. Que se acabe el financiamiento de grandes experimentos, y estos ya no ocurran. – Lisa Randall, física de Harvard
20. “Me preocupa que conforme el poder para resolver problemas de nuestras tecnologías aumenta, nuestra habilidad para distinguir entre problemas importantes, triviales o incluso inexistentes, se deteriora”. – Evgeny Morozov, editora colaboradora, Foreign Policy
21. No mucho. Manejo una motocicleta sin casco. – J. Craig Venter, científico genómico
22. La catarsis es una alegría que trasciende… ¿puedes repetir la pregunta? – Andrian Kreye, editor, el Daily Newspaper en Alemania
23. Ya dejé de hacer preguntas. Sólo floto en un tsunami de aceptación de lo que sea que la vida me arroje… y me maravillo como estúpido. (respuesta completa) –Terry Gilliam
24. Deberíamos preocuparnos por la nueva era el Antropoceno; no sólo como fenómeno geológico, sino también como marco cultural. –Jennifer Jacquet, profesora asistente de estudios ambientales en NYU
25. Extinción cultural, y el hecho de que los trabajos de un escritor oscuro del Caribe no reciban suficiente atención. –Hans Ulrich Obrist. curador, Galería Serptine
26. El peligro de inadvertidamente alabar arcos cigomáticos. –Robert Sopolsky, neurólog
27. Que dejemos de morir. –Kate Jeffery, profesor de neurociencia del comportamiento
28. Que hay una infinidad de universos allá afuera, pero sólo podamos estudiar en el que vivimos. – Lawrence M. Krauss, físico/cosmólogo
29. El auge del anti-intelectualismo y el fin del progreso. “Ahora, por primera vez, tenemos una sola civilización global. Si fracasa, fracasamos todos juntos”. –Tim O’Reilly, presidente y fundador de O'Reilly Media
30. Deberíamos preocuparnos por varios Estados “modernos” que, en términos prácticos, están forjados por el crimen. Estados cuyas leyes se promulgan por criminales y, aun peor, se legitiman a través de una democracia formal y “legal”. – Eduardo Salcedo, filósofo colombiano
31. No debería preocupar que tanta de nuestra ciencia y tecnología todavía use sólo cinco modelos de probabilidad—a pesar de que existen más modelos de probabilidad que números reales. –Bart Kosko, científico informático
32. Es posible que seamos unas extrañas y efímeras manchas conscientes en un desierto cósmico de insensibilidad, los únicos testigos de sus maravillas. También es posible que vivamos en un mar universal de conciencia, rodeados de éxtasis y conflictos susceptibles a nuestra influencia. Como los seres sensibles que somos, las dos posibilidades deben preocuparnos. – Timo Hannay, publicista
33. Hombres. – Helen Fisher, antropóloga biológica
34. El efecto de los medios sociales sobre los textos científicos. – Michael I. Norton, profesor de la escuela de negocios de Harvard
35. La arrogancia absoluta  de la humanidad. – Jessica L. Tracy, profesora de psicología
36. Que la tecnología pueda poner en peligro la democracia. – Haim Harari, físico
37. No te preocupes, no habrá una singularidad. – Bruce Sterling, escritor de ciencia ficción
38. Destrucción mutuamente asegurada. –Vernor Vinge, matemático, computólogo, escritor
39. La desviación del esfuerzo intelectual de la innovación a la explotación, la distracción de las guerras constantes, el auge del fundamentalismo podrían generar una época de oscurantismo. – Frank Wilczek, físico de MIT
40. Necesitamos instituciones y normas culturales que nos hagan mejor de lo que somos. Me parece que nuestro más grande reto es construirlas. – Sam Harris, neurocientífico
41. "Me preocupa que realmente no entendamos los fenómenos cuánticos” – Lee Smolin, físico
42. Los estadunidenses están homogeneizando y exportando sus opiniones de una mente normal a todo el mundo. – P. Murali Doraiswamy, profesor de psiquiatría
43. El futuro de las publicaciones científicas. –Marco Iacoboni, neurocientífico
44. Que la nueva esfera pública digital no sea tan pública. – Andrew Lih, profesor de periodismo
45. Propongo que deberíamos estar preocupados no sólo por un problema, sino por todos los problemasposibles”. – Richard Foreman, dramaturgo y director
46. Estrés. – Arianna Huffington, agregacionista extraordinaria
47. Nos debería preocupar que la ciencia no nos haya hecho entender mejor el cáncer. – Xeni Jardin, Boing Boing
48. Que perdamos contacto, literalmente, con el mundo físico. – Christine Finn, arqueóloga.
49. Debería preocuparnos el increíble abismo psicológico que separa a la humanidad de la naturaleza – Scott Sampson, paleontólogo.
50. Que nos estemos volviendo tan conectados. – Gino Segre, profesor de física y astronomía
51. Que nos preocupemos demasiado. – Joseph LeDoux, neurocientífico
52. Me preocupa que estamos cada vez más inmersos en sistemas incompetentes, es decir, sistemas que exhiben un comportamiento patológico pero que no se pueden arreglar. – John Naughton, editor de Edge
53. Demasiado acoplamiento. – Steven Strogatz, profesor de matemáticas aplicadas, Cornell
54. Que el internet termine beneficiando a las estructuras actuales de poder y no a la sociedad en general. – Bruce Schneier, tecnólogo de seguridad
55. Que el tema de este año para Edge haya sido tan pobre. – Kai Krause, pionero en software
56. Que veremos el fin de la ciencia fundamental. – Mario Livio, astrofísico
57. La paradoja del progreso material. – Rolf Dobelli, periodista y escritor
58. Que seremos como ratas atrapadas en una trampa de mármol azul. –Gregory Benford, profesor de física y astronomía
59. Que la humanidad dejará de perseguir una cuidadosa observación. –Ursula Martin, computóloga
60. Lo que me preocupa es el "envejecimiento" de la población global, la cual está distribuida de forma no uniforme, pero generalizada, en el mundo. – David Berreby, periodista y escritor
61. Debería preocuparnos la creciente dominancia de la Cuarta Cultura [pop] y como podría afectarnos a todos, directa o indirectamente. – Bruce Parker, profesor
62. La lucha entre ingenieros y druidas. – Paul Saffo, analista tecnológico
63. Como alguien comprometido con la muerte de nuestro sistema solar y la entropía del universo, creo que al final la pregunta de lo que nos debe preocupar es irrelevante. – Bruce Hood
64. Una escasez de agua. – Giulio Boccaletti, físico
65. Que estamos inarticuladamente perdidos en la Modernidad. Muchos de nosotros presentimos el fin del algo, quizá una insignificancia futil en nuestra Modernidad. – Stuart A. Kauffman, profesor de ciencias biológicas, física y astronomía
66. Me preocupa la oportunidad perdida de negarle a los adolescentes del mundo el acceso a la educación. – Sarah-Jayne Blakemore
67. Realidad aumentada. – William Poundstone, periodista.
68. Que tanta información y los nuevos medios implicarán el fin de los hechos. –Victoria Stodden, profesor de estadística
69. Que pasaremos demasiado tiempo en los medios sociales. –Marcel Kinsbourne, neurólogo
70. Que la idiocracia nos amenace. –Douglas T. Kenrick, profesor de psicología
71. Que la separación entre las noticias y el entendimiento sea cada vez mayor. –Gavin Schmidt, climatólogo de la NASA
72. Me preocupa que no hemos tenido una conversación sobre lo que parece ser una “nueva normalidad” sobre la presencia de pantallas en el salón de juegos y en el kinder. – Sherry Turkle, psicóloga, MIT
73. Que nos volveremos irracionalmente impacientes con la ciencia. –Stuart Firestein, profesor que trabaja tan duro como puedo, carajo
74. Que nos emocionemos demasiado con la idea del viaje interestelar, porque no va a suceder. –Ed Regis, escritor de ciencia

75. Que la cooperación mundial fracase y no sepamos por qué. –Daniel Haun
76. Que nos preocupemos demasiado. –Joel Gold, psiquiatra
77. Me preocupa cada vez más lo que ocurrirá con las generaciones de niños que no tendrán ese regalo tan único de una niñez prolongada, protegida y estable. – Alison Gopnik
78. Que la biología sintética se saldrá de control. – Seirian Summer, orador en biología del comportamiento
79. La muerte de las matemáticas. – Keith Devlin, matemático
80. Que dejemos demasiados trabajos a las máquinas. – Susan Blackmore, psicóloga
81. Deberían preocuparnos los sitios en línea. Nos vuelven estúpidos y hostiles. –Larry Sanger, cofundador de Wikipedia
82. Que nos preocupemos demasiado. –Gary Klein, científico de MacroCognition
83. Que la especie humana pierda el deseo de sobrevivir. –Dave Winer, pionero de blog y el RSS
84. El exceso de testosterona producido por una brecha sexual en China. –Robert Kurzban, psicóloga
85. Una preocupación que todavía no está en la agenda cultural o científica son los derechos de privacidad de los datos neuronales –Melanie Swan, pensador a nivel de sistemas, futurista
86. Armagedón. – Timothy Taylor, arqueólogo
87. No hay de qué preocuparse, a pesar de que el LHC no ha revelado nuevos descubrimientos. – Amanda Gefter, editor
88. “Lo que más me preocupa es que cada vez perdemos más puentes formales e informales entre los distintos acercamientos intelectuales, mentales y humanísticos para ver el mundo.” – AntonZeilinger, físico
89. Que nos preocupemos demasiado. –Donald D. Hoffman, científico cognitivo
90. La creciente brecha entre la élite científica y la vasta mayoría de personas “científicamente discapacitados”. – Leo M. Chalupa, oftalmólogo y neurobiólogo
91. Me preocupa la idea de una amnesia colectiva. – Nogra Arikha, historiador de ideas
92. Que nos preocupemos demasiado. – Brian Knutson, profesor asociado de psicología
93. Que no entendamos la dinámica dela cultura global emergente. – Kirsten Bomblies, asistente de profesor en biología evolutiva y de organismos
94. Deberíamos preocuparnos por perder el deseo como eje para la reproducción de nuestra especie. – Tor Norretranders, escritor de ciencia
95. Que nos preocupamos demasiado, pero por la violencia ficticia. – Jonathan Gottschall, profesor de inglés
96. Deberían preocuparnos las consecuencias de nuestro conocimiento sobre la causa de las enfermedades, y sus consecuencias para la libertad humana. –Esther Dyson, Catalyst, Information Tech Startups
97. La muerte natural. – Antony Garrett Lisi, físico teórico
98. Lo que me preocupa es que el debate sobre las diferencias de género siga polarizando la idea de lo innato contra lo adquirido, y que algunas ciencias sociales y humanidades quieran asegurar que la biología no juega ningún papel, ignorantes de la evidencia científica en su contra. – Simon Baron-Cohen, psicólogo
99. El fin del académico. – Daniel L. Everett, investigador en lingüística
100. La inevitable intrusión de las fuerzas sociopolíticas en la ciencia. –Nicholas A Christakis, físico
101. Me preocupa quienes termine siendo los jugadores en el juego de la ciencia; y quienes queden fuera. – Stephon H. Alexander, físico
102. El hecho de que tantas personas elijan vivir de forma que limiten la comunidad del destino a una serie muy limitada de otros y que definan al resto como una amenaza a su forma de vida y valores es muy preocupante porque esta forma contemporánea de tribalismo, y las ideologías que lo respaldan, les permite negar interdependencias (locales, nacionales e internacionales) y eludir su propio papel para crear amenazas a largo plazo contra su propio bienestar y el de otros. – Margaret Levi, politólogo
103, 104. Que no podremos facilitar sinergias efectivas. –Stephen M. Kosslyn, Robin S. Rosenberg, psicólogos y fans de la sinergia
105. No me preocupa que una súper IA domine el mundo. – Andy Clark, filósofo y científico cognitivo
106. La geografía post humana que existirá cuando los robots se hayan adueñado de todos nuestros trabajos. – David Dalrymple, investigador del MIT
107. Que los alienígenas sean un peligro para la civilización. – Seth Shostak, SETI astrónomo
108. Que se ignore el papel de los microorganismos en el cáncer durante las actuales estrategias de secuenciación utilizadas por la comunidad médica. – Azra Raza, médico
109. Que la intuición moral y social de la humanidad obstaculice el proceso tecnológico. – David Pizarro, psicólogo
110. La ilusión de conocimiento y entendimiento que puede resultar de disponer de información tan fácilmente. – Tania Lombrozo, asistente de profesor en psicología
111. El fin de la inoculación contra las dificultades. – Adam Alter, psicólogo
112. El número explosivo de drogas ilegales. – Thomas Metzinger, filósofo
113. Superstición. – Matt Ridley, escritor de ciencia
114. Que las instituciones históricamente atrincheradas impidan el progreso tecnológico. – Paul Kedrosky, editor
115. Que en una o dos generaciones, los niños se convertirán en adultos que no podrán distinguir entre los real y lo imaginario. – Mihaly Csikszentmihalyi, psicólogo
116. Que nos preocupemos demasiado. –Virginia Heffernan, corresponsal de Yahoo Noticias
117. Debería preocuparnos nuestra forma de buscar esa sabiduría que nos permita navegar por los avances, conforme mejoramos nuestra habilidad para imprimir tejido humano, producir cerebros sintéticos, hacer que los robots cuiden de nuestros ancianos, permitir que internet eduque a nuestros niños. – Luca De Biase, periodista
118. Que la genómica nos falle en cuanto a los trastornos mentales. –Terrence J. Sejnowski, neurocientífico computacional
119. Lo que no me deja dormir por las noches es que tengamos una crisis con las bases más fundamentales de la física. La única salida parece involucrar una revisión profunda de los principios físicos fundamentales. – Steve Giddings, físico teórico
120. El aspecto que más me preocupa de nuestra sociedad es el bajo índice de sospecha que tenemos del comportamiento de las personas normales. – Karl Sabbagh, escritor, productor de TV
121. A muchas personas les preocupa que no haya suficiente democracia en el mundo; a mí me preocupa que nunca lleguemos más allá de la democracia. – Dylan Evans, presidente de Projection Point
122. No el crecimiento poblacional, sino el crecimiento de la prosperidad; la idea de que todo el mundo consuma sus recursos como los estadunidenses y los occidentales. – Laurence C. Smith, profesor de geografía
123. Que empecemos a tratar la tecnología como magia. – Neil Gershenfeld, físico en MIT
124. El auge de la inestabilidad genómica. – Eric J. Topol, M.D., profesor de genómica
125. Que las autoridades y compañías puedan leer la mente de las personas. – Stanislas Dehaene, neurocientífico
126. Que se detenga el crecimiento económico. – Satyajit Das, experto financiero
127. Me preocupa que la imaginación esté sobrevaluada y creo que esto conlleva riesgos. – Carlo Rovelli, físico teórico
128. Que nos preocupemos demasiado. –James J. O’Donnell, erudito
129. Que nos preocupemos demasiado. –Robert Provine, neurocientífico
130. Que no tendremos robots suficientes para hacer todos los trabajos que necesitaremos que hagan en las siguientes décadas. –Rodney A. Brooks, robótico
131. Que no tendremos un Plan B cuando el internet se caiga. –George Dyson, historiador científico
132. La singularidad. Que “somos curiosamente complacientes con la idea de que la vida como la conocemos se transforme. No debería preocupar que no estemos preocupados.” –Max Tegmark, físico en MIT
133. “Hay datos conocidos e incógnitas conocidas, pero lo que más nos debería preocupar son las incógnitas desconocidas.” –Gary Marcus, científico cognitivo
134. Que el cerebro no pueda concebir nuestros más graves problemas. –Daniel Goleman, psicólogo
135. “Debería preocuparnos que los científicos se hayan dado por vencidos en su búsqueda por determinar el bien y el mal, y que valores hará florecer a la humanidad, cuando las herramientas investigativas están apareciendo en línea” –Michael Shermer, publicista, revista Skeptic
136. La pérdida de nuestra cognitividad y conciencia colectiva. –Douglass Rushkoff, analista de medios
137. La caída del héroe científico. –Roger Highfield, Director, Science Museum Group
138. Que no podamos identificar la “buena vida.” – David Christian, historiador
139. Tatuajes eléctricos en Facebook y más. – Juan Enriquez
140. La captura regulatoria federal —es decir, cuando el zorro supervisa el corral en industrias como el petróleo y la extracción de carbón. – Charles Seife, profesor de periodismo
141. La precaria incapacidad de la sociedad para razonar sobre la incertidumbre. –Aubrey De Grey, gerontólogo
142. Que el conocimiento esté avanzando demasiado rápido. – Nicholas Humphrey, profesor de la Escuela de Economía de Londres
143. La "pesadilla" de la física fundamental. Peter Woit, físico-matemático
144. La homogenización de la experiencia humana. – Scott Atran, antropólogo
145. Que no podremos entenderlo todo. – Clifford Pickover, escritor de matemáticas
146. Que nos preocupemos demasiado, y “empaquetemos nuestras preocupaciones” de una manera perjudicial. – Mary Catherine Bateson, profesora emérita
147. Que como consecuencia del cambio climático, la escasez de recursos, los drones, y otras razones no anticipadas, estalle una gran guerra. – Steven Pinker, psicólogo
148. La estupidez. – Roger Schank, psicólogo
149. Ya dejé de preocuparme por el problema del libre albedrío, porque nunca quedará resuelto. – Howard Gardner, profesor de cognición y educación
150. Que la ciencia esté en peligro de convertirse en el enemigo de la humanidad. – Colin Tudge, biólogo, editor de New Scientist
151. Que no podremos vivir sin internet. – Daniel C. Dennet, filósofo