miércoles, 24 de febrero de 2010

EL NACIMIENTO DE LA PSICOLOGÍA EXPERIMENTAL
1. Los siglos XVII y XVIII: La epistemología de la mente
De acuerdo con la opinión aceptada mayoritariamente (Boring, 1950), la psicología científica tuvo su comienzo en Alemania en la forma de una psicología fisiológica nacida del matrimonio entre la filosofía de la mente, por un lado, y la fenomenología experimental enraizada en la fisiología sensorial, por otro. La psicología filosófica, preocupada por el problema epistemológico de la naturaleza de la mente cognoscente en relación al mundo conocido, aportó cuestiones fundamentales y estructuras explicativas; la fisiología sensorial y en cierto grado la física contribuyeron con los métodos experimentales y un creciente cuerpo de datos fenomenológicos.
En una versión de esta historia que puede ser rastreada al menos hasta Ribot (1879), la epistemología de los siglos XVII y XVIII culminó en la obra de Kant, quien negó la posibilidad de que la psicología llegara a ser una ciencia empírica por dos causas:
1ª) Puesto que los procesos psicológicos varían en una sóla dimensión, el tiempo, no pueden ser descritos matemáticamente.
2ª) Puesto que los procesos psicológicos son internos y subjetivos, Kant afirmó también que no podían ser medidos.
Herbart, según cuenta la historia, fue el primero en responder a las objeciones de Kant, imaginando entidades mentales que variaban en tiempo y en intensidad y mostraban que el cambio de intensidad sobre el tiempo podía ser representado matemáticamente. Fechner respondió después a la segunda objeción, desarrollando procedimientos psicofísicos que permitían medir la fuerza de una sensación. Wundt combinó estas nociones, las unió a los métodos de la fisiología sensorial y de la fenomenología experimental y, en 1879, creó el laboratorio de Leipzig.
Aunque hay una verdad indudable en la historia comúnmente aceptada, como en todas las reconstrucciones racionalizadas, se tiende en gran medida a simplificar demasiado las historias excepcionalmente complejas. En los últimos veinte años, como las fuentes materiales de primer orden han llegado a ser disponibles y un gran número de historiadores se han lanzado a la palestra, y la opinión tradicional ha sido enmendada muchas veces. En el contexto de este catálogo de la exposición, no será posible, por supuesto, referirse a esta complejidad. El lector que esté interesado, sin embargo, puede dirigirse al Journal of the History of the Behavioral Sciences y a Bringmann & Tweney (1980), Danziger (1990), Rieber (1980), y Woodward & Ash (1982) entre otros.
Puesto que muchos psicólogos están más o menos familiarizados con la historia de Boring sobre el surgimiento de la psicología experimental, ya que la historia ha sido recontada frecuentemente en muchos libros de texto, y porque es un relato mucho más complejo de lo que parece en principio, esta sección y las dos siguientes esbozaran sólo un escueto bosquejo de los desarrollos intelectuales que condujeron de Locke a Kant, de Bell a Müller y de Fechner a Wundt. Los psicólogos que no han leido a Boring les animamos a hacerlo. A pesar de sus limitaciones es aún el punto de partida del que procede mucha de la erudición contemporánea; y, tal vez incluso más importante, es la historia de la psicología que ha llegado a ser parte de la perspectiva que tiene de sí misma la psicología americana.
Puesto que ya hemos abordado a Descartes y tocado brevemente a Leibniz, podemos pasar directamente al fundador tanto del empirismo como del asociacionismo, John Locke (1632-1704). Locke nació en Wrington, Somerset, England. Fue criado en un medio puritano liberal y educado en la Christ's Church de Oxford. Su Essay Concerning Humane Understanding, fechado en 1690 pero publicado en realidad en 1689, es, como la mayor parte de la filosofía del siglo XVII, una reacción a Descartes. De modo diferente a Spinoza, quien abordó metafísicamente la dicotomía mente-cuerpo, Locke trasladó la discusión al dominio de la experiencia puramente psicológica, contrastando el sentido interior (la experiencia reflexiva de la mente de su propia experiencia de las cosas) del sentido exterior (la experiencia mental de las cosas). Aunque Bacon (1605) y Descartes habían planteado la cuestión del método adecuado para alcanzar el conocimiento, Locke, desde su perspectiva empirista, fue el primero que propuso la cuestión epistemológica de los límites del conocimiento.
Empleando una noción muy general de "idea" que incorporaba un conjunto dispar de entidades entre las cuales los psicólogos modernos distinguen percepciones, imágenes mentales y conceptos, Locke se interesó por la certeza de nuestras ideas adquiridas por medio de la experiencia a través de la reflexión o sentido interno y por la verdad de nuestras ideas en la medida en que dependen del sentido externo. A partir de Locke sería posible resaltar tanto el vívido carácter de las ideas transmitidas por el sentido externo como la certeza intuitiva del sentido interno. La primera opinión conduciría al sensacionalismo de Condillac, la última al realismo intuitivo de Reid y la escuela escocesa de la facultas de psicología. Sin embargo, en los aproximadamente sesenta años transcurridos desde Locke hasta Condillac, otros filósofos, entre los más notables George Berkeley y David Hartley, también hicieron uso de las nociones contenidas en el Essay de Locke.
En el Essay on Humane Understanding, Locke había distinguido entre cualidades primarias y secundarias. Las cualidades primarias tales como la solidez o la extensión son completamente inseparables de los cuerpos en los que están inherentes y sólo son percibidas por medio de los sentidos. Las cualidades secundarias son los poderes inherentes a los objetos para producir sensaciones en los perceptores, tales como el color, el olor o el sonido. Los colores, olores y sonidos, sin embargo, son inherentes por sí mismos a los objetos. El "inmaterialismo" de Berkeley [ver sección III] fue simplemente la ampliación de la noción de cualidades secundarias con el fin de incluir a las cualidades primarias, sacándolas de los objetos y situándolas en Dios.
George Berkeley (1685-1753) nació en Kilkenny, Ireland y fue educado en el Trinity College de Dublin. En 1709, publicó su primer libro, Essay Towards a New Theory of Vision. A pesar de que Berkeley no aborda explícitamente su inmaterialismo en New Theory, estaba implícito en todas sus opiniones, combinado con la perspectiva proto-asociacionista de la importancia de las conexiones entre las ideas, lo que le suministró las bases de una teoría de la percepción de la distancia que se convertiría en el prototipo de las posteriores explicaciones asociacionistas. Para Berkeley, la distancia no es inmediatamente percibida por medio de la visión. Más bien, cuando "la mente ha encontrado, por medio de la experiencia constante, las diferentes sensaciones que corresponden a diferentes disposiciones de los ojos para atender cada una con un grado diferente de distancia al objeto... (y) ha desarrollado una conexión habitual o usual entre esas dos clases de ideas, ...la distancia... es... la idea... inmediatamente sugerida al entendimiento" (parágrafo 17). Aquí, entre otras cosas, Berkeley anticipa la "teoría del contexto" que tendría gran significación en la explicación asociacionista doscientos años más tarde.
David Hartley (1705-1757) nació en Luddenden, Halifax, England y fue educado en el Jesus College de Cambridge. En 1749, publicó su obra en dos volúmenes Observations on Man. Aunque el principio general de la asociación fue usado mucho antes de Hatley y la frase "asociación de ideas" puede encontrarse en el Apéndice de la 4ª edición del Essay de Locke, es con Harley, como Young (1970) nos dice, que "la psicología asociacionista adopta por primera vez una forma definida y un carácter psicológico no completamente derivado de cuestiones epistemológicas. Hartley fue el primero en aplicar el principio de asociación como una explicación fundamental y exhaustiva de toda experiencia y actividad... Por otra parte, unió su teoría psicológica con postulados acerca de cómo funciona el sistema nervioso. Sus sensaciones eran comparadas con las vibraciones... o partículas ‘elementales’ en los nervios y el cerebro... En relación a los fenómenos de sensación, formación de ideas y motivación en el sistema nervioso planteó los principios de la psicología fisiológica que Ferrier combinaría más tarde con el concepto de localización cerebral" (p. 95-97).
Étienne Bonnot de Condillac (1715-1780) nació en Grenoble, estudió teología en Saint-Sulpice y en la Sorbonne, y fue ordenado sacerdote en 1740. De las dos fuentes del conocimiento de Locke, las sensaciones transmitidas a través del sentido externo y las reflexiones por medio del sentido interno, Condillac puso su atención sólo en la primera. Su Traité des sensations, publicado en 1754, estaba destinado a mostrar que las impresiones externas recibidas por los sentidos externos, tomadas en sí mismas, pueden dar cuenta de todas las ideas y de todas las operaciones mentales. Utilizando el famoso ejemplo de una estatua dotada la única propiedad de un solo sentido singular, el olfato, intentó derivar de él la atención, la memoria, el discernimiento, la imaginación y la totalidad de la vida mental. Las opiniones de Condillac eran, claramente, la más extrema forma de la perspectiva de la tabula rasa. Como todas las opiniones basadas en la tabula rasa, no importa cuán poderoso sea el principio de asociación correlativo, el sensacionalismo extremo de Condillac entra en colisión con el hecho obvio de la variación en la constitución biológica (diferencias entre especies, diferencias individuales).
En contraste directo con Condillac, Thomas Reid (1710-1796) eligió destacar el sentido interno de Locke, construyendo sobre la simple noción de reflexión el desarrollo de una elaborada teoría de las intuiciones y facultades de la mente humana dada por medio de su constitución fundamental. Reid nació cerca de Aberdeen y fue educado en el Marischal College. Inicialmente influenciado por Berkeley, su antipatía por las conjeturas implícitas en el Treatise of Human Nature (1739) de Hume, le condujo lejos de Berkeley y de Hume, aproximandose hacia la reforma de la filosofía. Su obra más importante, An Inquiry into the Human Mind on the Principles of Common Sense, fue publicada en 1764, año en el que aceptó su nombramiento como profesor de filosofía moral en la Universidad de Glasgow.
En Inquiry Reid desarrolló el básico postulado intuitivo de la filosofía del "sentido común" sobre el que se erigió la escuela escocesa de psicología. Las intuiciones eran tendencias oriundas de la acción mental, aspectos de la constitución fundamental de la mente humana que regulaba la experiencia consciente de todos los seres humanos desde el nacimiento. Dado que las intuiciones requieren la presentación de objetos apropiados para ser llamados en adelante a la acción mental, la filosofía escocesa es realista. Las intuiciones no proyectan la mente hacia la realidad, permiten el acceso de la mente a ella. a pesar de que el intuicionismo es un innatismo de los procesos psicológicos, es un empirismo metodológico en el que se investiga la naturaleza y la existencia de los principios innatos de la mente que tienen lugar por medio de la inducción a partir de hechos observados en la autoconciencia. Fue esta perspectiva, asociada con los útimos análisis de la facultades específicas de Reid (1785, 1788) el que dominó la filosofía mental académica americana durante el siglo XIX. Fue también indirectamente a partir de Reid que Gall obtuvo la lista original de 27 facultades de la mente que guiaban su intento de hacer un mapa de la localización de las funciones en el cerebro.
Immanuel Kant (1724-1804) nació, vivió y murió en Königsberg, en la Prusia Oriental. Se dice que en el curso entero de su vida no viajó a más de 40 millas de su lugar de nacimiento. Probablemente no estaba desatinada la afirmación de Ribot de que la filosofía del siglo XVIII culminó en la obra de Kant, pese a que puede ser una valoración más justa de la influencia de Kant decir que la filosofía de los siglos XIX y XX siguió a Kant tanto como los filósofos anteriores habían seguido a Descartes. La influencia indirecta de Kant sobre la psicología científica fue, por consiguiente, enorme. Sus contribuciones directas, a pesar de que son reconocidamente más limitadas, fueron también de considerable importancia.
Como ya se ha señalado, una de estas contribuciones fue la definición kantiana de los prerrequisitos que debería reunir la psicología para llegar a ser una ciencia empírica. Otra consistió en un auténtico tratado de psicología, Anthropologie in pragmatischer Hinsicht, publicado en 1798. Mucho tiempo ignorado, probablemente a causa de su pronunciada simpatía por la enseguida desacreditada fisiognomía, la Anthropologie es, no obstante, un librito fascinante. Kant analiza allí la naturaleza de los poderes cognitivos, los sentimientos de placer y displacer, los afectos, las pasiones y el carácter en el contexto de la negación de la posibilidad de una ciencia empírica de los procesos conscientes. La Anthropologie tuvo dos ediciones durante la vida de Kant y muchas reimpresiones posteriores y ayudó a definir el contexto en el que no solo Herbart y Fechner sino los psicológos orientados fenomenológicamente como Purkyne, Weber y Müller trabajaron para establecer la ciencia de los fenómenos conscientes que Kant fue incapaz de vislumbrar.

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