CONCEPTOS
DE LA PLANEACION DE VIDA Y CARRERA.
Introducción
Las
personas poseen una cantidad enorme de fuerzas, recursos y potencialidades que
permanecen latentes sin ser aprovechadas la mayor parte de las veces. Los
estudios de Maslow sobre la autorrealización nos dan mucha luz sobre las ricas
posibilidades de todo hombre. Sus investigaciones nos demuestran que la propia
naturaleza tiende instintivamente hacia la actualización de las potencialidades
físicas psicológicas y espirituales. El estudio de las personas sanas, de
Maslow, ha encontrado que para éstas, el deber y el placer se identifican. Lo
mismo el trabajo y la felicidad, el interés propio y el altruismo, el
individualismo y la conciencia social. Los impulsos hacia la propia autorrealización,
nos dice este autor, son débiles en contraste con los impulsos animales y
fácilmente se neutralizan por hábitos o actitudes culturales erróneos, por
episodios traumáticos o por una educación equivocada. Es importante conocer las
debilidades y miedos del ser humano para manejar y superar sus fuerzas
neutralizadoras. En el camino de la autorrealización hay dos importantes medios
para el crecimiento personal: 1) el autoconocimiento y aceptación; 2) el
estudio de las conclusiones de la psicopatología y de la psicoterapia, que nos
enseñen sobre las fuerzas del miedo, la regresión y la defensividad. Esto es
para entender la salud y el crecimiento humano. Solo apreciando la dialéctica
entre salud y enfermedad, entre las fuerzas y debilidades, entre el miedo y el
arrojo, entre las construcciones y la destrucción, se puede llegar al
desarrollo de las potencialidades físicas, psicológicas y espirituales.
a) Una
nueva concepción de carrera
Antiguamente
la elección profesional y el escoger un trabajo dependían principalmente de la
familia. En la sociedad agrícola, el hijo nacía con la obligación de ayudar al
padreen las labores del campo igual que hicieron sus abuelos y harían sus
nietos. Con el surgimiento de los distintos oficios, la transmisión de
conocimientos y habilidades siguió determinando el trabajo de los hijos. El
cambiar a otro distinto al de la tradición familiar implicaba salir
prácticamente del hogar; vivir con el maestro del nuevo oficio y dejar de
pertenecer al de la familia de origen. Las universidades surgieron como
generadoras de las principales profesiones existentes en un proceso de
evolución del pensamiento. Pero los profesionistas surgidos de las aulas
universitarias encontraron un sentido de orgullo y estatus en sus profesiones y
heredaron a los hijos la ocupación. Este siglo ha visto surgir el cambio
tecnológico y científico más importante de la historia de las profesiones, de
forma tal que la especialización cada vez más ayuda al surgimiento de nuevas
técnicas, de nuevas ciencias y profesiones que han sobrepasado la tradición
laboral de la familia y el concepto de las mismas. El atraso de las
instituciones educativas en la creación de nuevas profesiones así como la
urgente necesidad de las organizaciones de contar con especialistas calificados,
han hecho surgir una nueva concepción de la educación y preparación laboral.
Las fronteras entre las distintas profesiones y oficios, entre ciencias puras y
aplicadas se han ido desvaneciendo. Asimismo, la concepción del hombre sobre el
trabajo ha ido cambiando hacia una forma de vida y autorrealización, más que
como un mero medio de sustento económico. También en el mundo laboral el shock
del futuro cobra importancia ante el reto del cambio y movilidad profesional.
Todavía
hoy día, se habla de vocación como irrevocable. Cada ser humano está llamado a
ser: médico, abogado, administrador, psicólogo, etc… Como si el destino, odios
o la patria literalmente invitaran a tal individuo a estudiar y realizar tal
ocupación profesional. La concepción determinista de la vocación exigía de los
futuros profesionales una decisión irrevocable de estudiar o prepararse para la
carrera u oficio deseado y comenzar a caminar dicha ruta. Los cambios de
carrera dentro de las mismas universidades eran vistos como errores graves y
desorientación vital. No se diga de las personas que una vez en el mundo del
trabajo se atrevían a cambiar de oficio o profesión. Estos eran considerados
como fracasados, incapaces de compromiso y estabilidad psicoemocional.Esta
concepción estática del mundo profesional, trascendía a las organizaciones. Al
solicitar un nuevo trabajo, la primera pregunta y quizá la única importante se
refería a la permanencia en el puesto u organización anterior. Los hombres se
casaban con las organizaciones en las que prestaban sus servicios. Actualmente,
la movilidad y el cambio están surgiendo especialmente entendidos como
promotores de la nueva concepción de carrera, concebida ésta como un camino
personal, existencial, auto dirigido y probado a través de ensayos y errores
que tienen como principal característica el tomar en cuenta el propio cambio
personal y el continuo cambio tecnológico y laboral del medio ambiente. La
carrera es un camino personal donde los conocimientos, las herramientas
técnicas y científicas y las estrategias de trabajo son instrumentos en la
formación del propio camino personal. Actualmente encontramos muchos
profesionales que iniciaron estudios universitarios y que la experiencia, las
necesidades, los intereses y las habilidades personales los fueron llevando a
un campo de acción profesional diferente. Nuestro mundo actual enfrenta a
diario los cambios, incluso radicales que se dan a partir de los estudios
originales.
En
esta nueva concepción surge la planeación de vida y carrera como una necesidad
de continuo conocimiento y actualización de mí mismo y de mis oportunidades. El
proceso de planeación va dirigido especialmente a la toma de decisiones para el
logro de metas importantes. La propia carrera es un continuo reto existencial
de decidir las opciones diarias. Por lo tanto, este proceso permanente implica
estar actualizado en mi propio cambio así como mantener una capacitación que me
actualice en las necesidades que surgen en mi propio camino. Esto es parte
fundamental de una carrera.
b)
Proyecto de vida
La
planeación de la vida y carrera es la actitud, arte y disciplina de conocerse a
sí mismo, de detectar las fuerzas y debilidades y proyectar auto dirigiendo el
propio destino hacia el funcionamiento pleno de las capacidades, motivaciones y
objetivos de la vida personal, familiar, social y de trabajo. Esta actitud
vital no se limita a eventos, instrumentos o momentos de reflexión, es un
proceso permanente y acumulativo de autoconocimiento, educación, evaluación. Es
en realidad una forma de conciencia experiencial ante la vida personal y de
trabajo. Este proceso y actitud vital pueden ser iniciados o apoyados por
eventos e instrumentos específicos como el presente libro. Estos apoyos al
proceso de planeación vital se dan a través de los profesionales de orientación
y desarrollo humano, es decir, psicoterapeutas, orientadores, vocacionales,
consultores organizacionales, sacerdotes, ministros, maestros y todos aquellos
que procuran una labor educativa y formativa para el ser humano. Estos profesionales
en su trabajo de orientación utilizan diversos medios corno las entrevistas de
clarificación, la información de alternativas y el desarrollo de habilidades de
planeación y toma de decisiones; asimismo cursos, seminarios, talleres y
conferencias y diversas formas de diagnóstico psicológico. Muchos de los
esfuerzos de la Planeación de Vida y Carrera se han orientado programáticamente
hacia la organización de la información personal y la resolución de
inventarios. Nosotros consideramos que la base más importante de la Planeación
de Vida y Carrera es la sensibilidad y toma de conciencia de mi “yo” más
profundo, de mi orientación y sentido vital para la consecución de las metas y
valores más trascendentes del propio desarrollo único y personal. Entendemos que
este objetivo sólo se logra en la relación bilateral del encuentro
fenomenológico con mis semejantes. A partir de este encuentro surge como
posibilidad la búsqueda de un sentido vital a la existencia y la posibilidad de
cambiar y modificar el mundo a partir de un compromiso personal en el manejo de
la sabiduría que la ciencia y la técnica aportan. Sólo así encontramos la
posibilidad de trascendencia y de crecimiento a través del trabajo creativo y
del amor en la relación interpersonal. Las definiciones y descripciones de mis
cualidades y limitaciones, encuentran sentido y dirección en esta filosofía
vital. De otra manera el hombre encuentra su enajenación en las modas y
convencionalismos sociales. También se presenta el modelo de asertividad como
una posibilidad de lamentarla fuerza y el poder personal en el logro de
objetivos vitales y profesionales. Asimismo, se presenta un modelo para
analizar, clarificar y cuestionar los valores en relación con las metas
vitales. En los modelos que nosotros proponemos, la planeación vital implica el
hecho de describir, sentir y asimilar los principales datos sobre mi historia
personal, habilidades, intereses, estilo de trabajo, formas de relación que
tengo conmigo, con los demás y con el mundo. En este sentido suelen ayudar
ejercicios como la elaboración de una autobiografía que haga presente mi
historia personal: logros, tendencias, equivocaciones, traumas, experiencias
totalizadoras, etc. También son útiles los inventarios que describen los
gustos, preferencias y aversiones. Los inventarios sobre los miedos que
sabotean el desarrollo profesional y personal son un material rico para
trabajar sobre los obstáculos y limitaciones personales, así como para la
elaboración de nuevas metas y el autocontrol. Una perspectiva que da
profundidad y sentido a la planeación de vida es meditar sobre la muerte,
siguiendo la enseñanza Zen mencionada por Suzuki: “Mientras vivas sé un hombre
muerto, atraviesa la muerte y entonces actúa como tú quieras, y todo lo que
hagas será bueno.” Desde esta perspectiva la elaboración de metas y objetivos
cobra especial sentido. Es importante que dicha elaboración de metas pase por un
análisis de realidad tomando contacto con las propias fuerzas y limitaciones.
Las áreas de la planeación vital tienen diferente valor para cada persona pero
pueden agruparse en seis áreas:
1.
Física o material
2. Afectiva o de
relación íntima
3. Social o de relación
4. Espiritual
5. Profesional
6. Política
Podemos
seleccionarlas y de esta forma nos proporcionamos libremente las influencias
que forjan nuestro destino. En esta selección, no podemos darnos el lujo de ser
tolerantes bajo pena de caer en la mediocridad. Necesitamos ser firmes y
exigentes para seleccionar el medio ambiente que nos rodea, especialmente
nuestra pareja, nuestra profesión, la organización donde trabajamos, los amigos
que nos rodean, los libros que nos nutren y nuestros lugares cotidianos. Estas
selecciones, determinan el nivel de vida que podemos o queremos alcanzar. Desde
luego estas elecciones deben ser realistas y basarse en la condición
intelectual, emocional, física y socioeconómica de cada quien. Esta adecuación
de la persona con su realidad indica el nivel vital que cada quien escoge para
sí mismo y que le permite o impide el funcionamiento óptimo de sus cualidades y
potencialidades. Para encontrar el propio nivel se necesita valentía, pues
fácilmente la enajenación, los prejuicios y las modas sociales nos desvían
hacia niveles superficiales pero de alto estatus, o a niveles cómodos que no
implican una verdadera superación, crecimiento y compromiso. Muchos tratan de
encontrar su nivelen roles sociales simplemente por rebeldía a las imposiciones
paternas y sociales. Estos poco a poco van acumulando una gran frustración.
Muchos grupos sociales de protesta y extremistas pertenecen a este género.
Nuestra sociedad actual en sus exageraciones de tecnificación, cientificismo,
materialismo y competitividad, provocan esta enajenación que dificulta la
elección del propio lugar de satisfacción, plenitud y compromiso en la vida
personal y de trabajo. De aquí que cada persona necesite probarse a sí misma de
muchas formas para conocerse, sobre todo ser firme y exigente al seleccionar
los elementos que forman el nivel o medio ambiente personal.
El
propio puesto en el trabajo
Las primeras experiencias de trabajo son muy
importantes como campo de entrenamiento, autoconocimiento y prueba personal,
pero es necesario caer en la cuenta que no se casa uno con el puesto. Todo
puesto es una oportunidad para probar, nada más. No importa de qué empleo se
trate nunca es el definitivo. Poco pueden decir antes de los 30 años:”aquí es
donde quiero estar”, “aquí es donde quiero pasar el resto de mi vida”. Sólo
algunos artistas y científicos pueden decirlo. Muchas veces es preferible un
empleo de mucha responsabilidad en una empresa pequeña donde se necesita
utilizar todos los recursos en lugar de puestos muy definidos pero que limitan
demasiado temprano muchos recursos potenciales que no se han probado. La
mayoría de los jóvenes influidos por la educación y los prejuicios sociales de
estabilidad, se preguntan inadecuadamente en su primer puesto si ahí han de
quedárselos próximos 35 años. La pregunta debe ser más dinámica y existencial:
¿para los próximos 2 años éste es un buen trabajo del que puedo aprender y
gozar mucho y también me servirá de escalón para nuevas oportunidades? También
es muy importante entender que la profesión es sólo una herramienta o un punto
de partida con la cual no nos estamos comprometiendo de por vida rígidamente.
Se necesita uno preguntar de qué manera y hasta dónde me sirve la carrera o
profesión y qué es lo que quiero lograr con ella. La experiencia, la vida, los
nuevos estudios pueden complementar y trascender el punto de partida. Pero para
esto hay que estar abierto. Un gran número de profesionistas ha cambiado su
actividad varias veces. Actualmente, la vida de trabajo de cualquier persona es
muy larga y especialmente en el caso de las mujeres de hoy día el papel de la
madre y educadora de hijos termina a una edad muy joven y tienen que tomar
nuevas decisiones vocacionales. Pero en general la vida de trabajo ahora llega
hasta los 60 ó 50 años. En esta carrera larga a los 40 ó 45 años después que
alguien ha ejercido su profesión por20 años es posible que haya aportado todo
lo que tenía que dar en el campo y esté agotado. Sin embargo, esta persona aún
goza de una excelente salud mental y biológica; sus hijos, ya mayores, están
encauzados en la propia vida, los compromisos económicos y las hipotecas han
sido cubiertas y se tiene mucho que contribuir para sí mismo y para la
sociedad. Para muchos otros que no están agotados en su propia profesión se han
realizado muchos cambios. A los 45 años se sienten motivados a ejercer su
profesión de nuevas formas creativas, para no caer en el anquilosamiento y
estancamiento. Nuestro mundo de trabajo tan cambiante implica mayor rotación
interna en las empresas para permanecer actualizado, lo que favorece estos
cambios y en muchos casos las organizaciones los exigen. Robert Townsend acuñó
una frase con un énfasis muy materialista pero no por eso menos cierta:
“cualquier persona que esté en un puesto más de 5 años está cobrando más de lo
que merece y menos de lo que puede ganar en otro puesto aportando toda la
experiencia acumulada”. Por último, vale la pena recordar que encontrar el
propio nivel en el trabajo, implica que cada quien cree su propio puesto,
imprimiéndole un sello personal. Es decir, ser creativo a partir del
conocimiento de mi propia realidad personal y social, logrando con firmeza y
valentía el descubrimiento de mi propio puesto en la vida.
El
propio puesto en la vida personal
El
equilibrio entre vida personal y trabajo es uno de los signos de
autorrealización y salud mental. El trabajo y la creatividad en la
transformación del mundo que nos rodea es una fuente profunda de satisfacción y
plenitud, pero sin embargo no lo es todo. Aquellos que hacen de su vida de
trabajo la totalidad, esto es, su única fuente de energía, atención y
valorización, suelen desarrollar síntomas de neurosis y desadaptación. Este
fenómeno es muy claro especialmente en las personas que dedican la totalidad de
su vida a una causa política, laboral o religiosa. Se enajenan a tal grado que
fuera de su actividad profesional son incapaces de intercambios ideológicos
afectivos o experienciales. Politizan o matizan de religiosidad el arte, las
ciencias y la vida misma de sensibilidad. En otras palabras, están enajenados a
partir de sí mismos; sólo saben hablar de sus ideas y preconcepciones como si
fuera la única posibilidad de entender la vida. En estos casos se encuentran
las deformaciones profesionales de aquellos que sólo perciben la vida desde
modelos parciales: “psicologizan”, “contabilizan”, “cientifican”,
“intelectualizan”, etc. Los estudios de Maslow sobre las personas
autorrealizadas señalan que éstas encuentran grandes satisfacciones en sus
relaciones familiares. Gozan y comparten el crecimiento de sus hijos. Aman las
horas de retiro íntimo familiar. Saben compartir con los amigos; gozan la
naturaleza, el arte, el estudio, etc.
En
la vida personal, la relación amorosa con la pareja va cobrando nuevos y refrescantes
matices a través de toda la vida. En la vida personal, familiar y social,
también se encuentra el propio lugar óptimo de intercambio y crecimiento
personal. Las personas que rígidamente se incrustan en ambientes culturales,
sociales o personales que no son propios estarán en roce y desubicación
continua. La historia personal, la educación y autoformación; los intereses y
cualidades propias; los gustos en la manera de descansar y de compartir
afectivamente forman la base para encontrar el propio lugar personal. El
verdadero amor propio significa la capacidad que se tiene de darse a uno mismo
lo mejor de la vida dentro de la propia realidad social y personal. El que se
ama realmente, se proporciona a sí mismo los mejores amigos que se amolden a su
forma de ser; se proporciona las mejores experiencias culturales según las propias
preferencias y valores. Para encontrar el propio lugar se requiere la misma o
mayor firmeza y valentía que para descubrir y crear el propio lugar en el
trabajo. Es interesante notar que las personas autorrealizadas aunque tienen
una actitud demócrata hacia los demás, es decir, que no suelen hacer
discriminaciones sociales por raza, religión, pensamiento político, o
nacionalidad, son muy selectivos con sus amistades íntimas, con su propia
pareja y con sus colaboradores cercanos en el trabajo. Su selección se basa en
cualidades y valores de personalidad y de compatibilidad mutua en el logro de
relaciones creativas y gratificantes. El encuentro con el propio lugar en la
vida personal es un proceso que se perfecciona a través de la experiencia y no
en los libros y constituye en sí encontrar óptimamente el propio sentido de la
vida.
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