¡Que tanto pesa tu pasado!
Algo
que pasó hace meses, quizás años, todavía te atormenta, se mete en tu vida y no te
deja avanzar. Parece que fue ayer, pero no. Esa sensación hace que te quedes pegada al dolor y te pierdas el vivir la vida libremente. Todo es tratar de
aprender a soltar.
Abres
el closet y no sabes qué ponerte.Una parte importante de tu guardarropa está compuesto por prendas que guardas
sólo porque te emociona recordar lo que viviste con ella, o porque te lo regaló
alguien muy querido o porque era tu prenda favorita hace diez años. ¿Te pasó
esto alguna vez? O abres ese cajón lleno de cosas que año tras año guardas
sin saber por qué, mientras te prometes que alguno de estos días vas a acomodar todo y regalar lo que no quieres, o romper esas cartas que aunque
estén casi amarillas al leerlas te angustien o emocionen.
como mujer , eres más intuitiva y emotiva, vives con mayor intensidad cada
situación. Esto hace que muchas veces te quedes enroscada en un extenso
dialogo interno y que te sigan angustiando o te den miedo?. Quizás son cosas que te pasaron
hace días, meses o hasta años en tu vida “real”, pero para tu mente “emocional”
parece que fue ayer o, al menos, así lo vives.
Sumergida en este tumulto de sensaciones y sentimientos, muchas veces te pierdes y quedas
pegada al dolor, al conflicto, a la queja, a los miedos. Así, que; te quedan
dos caminos. Uno de ellos, es el de recordar lo que no pudo ser, fantasear con
lo que no te animaste a vivir, guardar las palabras que crees que no podrás decir
aunque te duela el alma no hacerlo. Y hacer de tu vida un armario: guardas las
cosas (te sirvan o no) justificándote y muy pocas veces lo replanteas para
cambiarlo.
El
segundo camino es aprender a soltar. Si logras hacerlo, no acumulas ni
sentimientos, ni palabras, ni
preocupaciones que terminan contaminando tus vínculos, tus proyectos y tu vida.
Si decides transitar por este caminado, estos tips pueden ayudarte:
*
Trata de pensar las situaciones conflictivas desde otra perspectiva, dale una
mirada menos trágica, desdramatízala, a pesar de que sea complicada. Esto te
permitirá conectarte con tus recursos, armar una estrategia e intentar
vivenciar el conflicto como un aprendizaje.
*
Escribe un listado con las cosas más importantes para ti(tu hijo, la escuela, ella o yo?). Esto te ayudara a delimitar tu camino, saber hacia dónde quieres ir. Es una
buena fuente de automotivación, que te permitirá transitar el camino y disfrutar más
allá de los resultados.
*
Intenta delegar. Es cierto nadie puede hacer las cosas como tú porque cada uno tiene su estilo, su tiempo. Ni
mejor ni peor, simplemente, diferente. ¿Alguna vez pensaste de las cosas que te
estás perdiendo por estar siempre en todo?
*
Acepta tus emociones negativas con la misma naturalidad que vives las
positivas. Así como ellas te hacen disfrutar de buenos momentos, te permiten
relajarte y dejan buenos recuerdos. El aprender a detectar y manejar las
emociones negativas (y no elegir perderte en ellas) te permitirá conocerte,
sentirte con más confianza, para poder así resolver el conflicto que produjo
esa emoción o sobrellevarlo con más
calma.
*
Aprende nuevas herramientas para modificar las emociones que sientes que
limitan tu vida. Por ejemplo, si sientes que es la ira o el enojo, haz una
lista con las situaciones que te producen este sentimiento no importa que ahí este yo, indaga más sobre
esta emoción (cuándo te produce descontrol, cuándo es una simple molestia). Imagínate
las situaciones que despiertan tu ira (o haz el ejercicio con la emoción que
elijas) y trata de detectar en qué momento pasas de sentir una molestia a un
sentimiento fuerte que te desborda. Detecta algún síntoma físico, cosquilleo,
sensación de calor interno, sudoración o dolor de estómago que te sirva de
límite. Enfoca tu atención en los sentimientos que te despiertan las palabras
que te dicen, por ejemplo, desvalorización, burla, desconfianza. Detectarlas te
ayudará a evadir la situación en ese momento, ya sea aclarando lo que sientes
frente a esas palabras o saliendo físicamente del lugar. De una u otra forma,
el marcar el límite puede ayudarte a evitar el sentimiento negativo que muchas
veces tiene que ver con una manera de defenderte, como cuando te sientes
invadida, asustada o con miedo.
*
Crea el hábito de tomarte al menos 15 minutos por día para relajarte, con una
música suave o la que te guste obvio no la mía . Con los ojos cerrados, crea en tu mente una imagen que te de paz,
sabiendo que en cualquier momento del día que te sientas complicada, tienes en
un rincón de tu mente un espacio creado por ti, donde puedes encontrar la
serenidad que buscas.
*
Trata de empezar a ejercer tu derecho de decir “no”, a pedir lo que necesitas
en las situaciones que creas que son menos comprometidas. Así como tu sientes
que lo hacen los demás y lo ves natural, también lo es para ti. Eso te va a
permitir vivir con menos culpa, menos exigencia con más libertad.
Suelta
lo que no pudo ser, lo que no dijiste. Lo que no te animas es a jugar por ti,
remplazar los pensamientos exageradamente negativos por uno más realista que te
permitan arriesgarte aunque no todo salga bien. Es aprender a disfrutar de las
pequeñas cosas a lo grande.
Comparto
plenamente la frase de William Jennings: “El destino no es cuestión de
casualidad sino de elecciones. No es algo que haya que esperar, sino algo que
hay que salir a buscar”.
¿Qué
estás dispuesta a soltar para vivir lo que hace tanto esperas? Feliz cumpleaños
no tengas miedo todavía hay buenos aunque sean pura miel. Y también malos sin miel cuestión de encontrarlos sin buscar o elegir sin pensarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario