Un punto de vista para leer a
Skinner
"La palabra pedagogía no
goza de mucho prestigio. Lo bajo de la condición en que está hoy lo que ese
término representa se debe, en parte, al hecho de que los psicólogos de la
educación, encalabrinados por los métodos estadísticos, que prometían el logro
de una nueva exactitud, se pasaron medio siglo midiendo los resultados de la
enseñanza mientras descuidaban el enseñar." (Tecnología de la enseñanza
B.F, Skinner)
B. F. Skinner
Para quienes aspiramos a
reconstruir la Historia de la Pedagogía con un marco de análisis
epistemológico, la lectura de Skinner resulta no sólo importante sino también
obligada, porque él intentó resolver los problemas de la enseñanza en el
espacio de la técnica derivada de los avances de la biología. Sus trabajos
hicieron posible la vinculación de la enseñanza programada a las máquinas de
enseñar; en el año de 1958 publicó sus primeros artículos sobre las máquinas de
enseñar y diez años más tarde la cibernética se extendió al dominio de la
Pedagogía. Skinner está a la puerta de transformaciones profundas que
Cibernética y Pedagogía, plasmarían en la enseñanza. Su pensamiento es también
un eslabón de la relación Pedagogía - Psicología, necesaria de abordar, para el
avance de discusiones y propuestas epistemológicas en torno a la Pedagogía.
Que dicha de manera sencilla,
consiste en entrar a Skinner con unas preguntas y salir de Skinner con otras. los
conceptos sobre el comportamiento que aplica a la enseñanza, expuestos en su
libro "Tecnología de la Enseñanza", donde aparecen los conceptos
sobre problemas que ha pensado la Pedagogía o que ella debe retomar, como saber
acerca de la enseñanza, desde luego, más allá de las intenciones de Skinner.
Etimología de la enseñanza
Skinner empieza su exposición
examinando la etimología de la enseñanza en las metáforas que la nombran y
según los fundamentos teóricos de tres concepciones. Por cierto sus análisis al
respecto son demasiado breves y someros para mostrar las diferencias de su
pensamiento con respecto a ellas.
La Metáfora del
Crecimiento o Desarrollo
La comparación con el embrión
que se desarrolla designa la conducta de un niño, estudiada como función del
tiempo, con base en ella "se establecen como normas los logros típicos...
y los resultados pueden emplearse para predecir la conducta". Por cierto
que tal desarrollo lleva su orientación y frente a él el maestro debe limitarse
a “cultivar” el niño, ejercitarlo intelectualmente, en una palabra dirigir o
guiar su crecimiento. Pero, anota Skinner, tomando distancia de esta metáfora,
que lo que crece o se desarrolla no puede ser comportamiento.
La metáfora de la
adquisición
Aquí el estudiante adquiere su
saber y sus habilidades del mundo que lo rodea, y el maestro cumple el papel
activo de transmisor, da y el alumno recibe. Una versión osmótica sostiene que
el estudiante absorbe conocimientos, y la versión gastronómica piensa que el
estudiante tiene apetito o sed de aprender. En otra versión enseñar es
fecundar, entonces el maestro es un sembrador que propaga, siembra y abastece
la mente del alumno.
En estas metáforas Skinner
busca la ocurrencia de comportamientos pero concluye que no se da porque según
él ni el crecimiento ni la adquisición "representan correctamente el
intercambio entre el organismo y el medio ambiente" .Además no se ve claro
lo que el maestro debe hacer ni cómo puede apreciar los resultados de su
actividad.
La metáfora de la
construcción
Lo que acontece en la
enseñanza, según esta metáfora se puede resumir así: "Enseñar es edificar
en el sentido de construir, de hacer una estructura en forma debida".
Skinner tampoco encuentra aquí comportamientos, "porque el comportamiento
del discípulo puede ser, en un sentido muy real, construido”.
Todas estas metáforas
representan los puntos de vista más usuales para ver la enseñanza, y es difícil
desprendernos de ellas. A pesar de esto, Skinner dice que el análisis del
comportamiento, base de sus investigaciones, no tolera las metáforas porque se
trata del intercambio entre organismo y medio ambiente Si al estudiante se le
deja en un ambiente dado, él aprenderá pero no será necesariamente enseñado. En
este orden de ideas, la "escuela da la experiencia, no tiene a decir
verdad, nada de escuela, y no porque nadie aprenda en ella sino porque nadie
enseña".
El punto de partida de Skinner
es pues, la enseñanza y desde ésta, define que "el objetivo de la
educación se puede formular en términos comportamentales: el maestro prepara
las contingencias bajo las cuales el estudiante adquiere el comportamiento que
le será útil bajo otras contingencias más tarde”. El aprendizaje ocurre en
contingencias de refuerzo que se componen de tres variables: "I) La
ocasión en que se produce el comportamiento. 2) El comportamiento mismo y 3)
Las consecuencias del comportamiento" .El afán de Skinner por contar con
un procedimiento para que el estudiante sea enseñado lo llevó a tomar una
posición distante de los métodos tradicionales.
Las maneras tradicionales de
comprender el aprender y el enseñar, son para él, no tanto erróneas como
incompletas; en particular hay tres aspectos que se deben reconducir según el
análisis del comportamiento:
1) El aprender actuando. Según esta guía el
maestro opera mediante palabras o sin ellas y el alumno aprende
"haciendo"; esta manera de ver la enseñanza es imperfecta porque
según él si el aprender se da en estas circunstancias es porque sin darnos
cuenta se han ido cumpliendo otras condiciones, "el que un niño lance una
pelota, un estudiante toque el arpa o alguien se comporte éticamente implican
muchas más cosas que el mero moverse, el
comportamiento podrá ser especial pero no garantiza que se logre el
aprendizaje". Las teorías de la frecuencia entienden ampliamente la noción
de aprender actuando y utilizan el ejercicio y la repetición como mecanismos
para aprender. Pero observa Skinner, que "lo importante no es la mera
frecuencia o la mera repetición sino aquello que se está haciendo
frecuentemente, repetidamente".
2) El aprender de la
experiencia. En este punto de vista el maestro provee al alumno de
experiencias, señalándole los rasgos que debe notar y los detalles que debe
asociar, pero Skinner desconfía que el estudiante aprenda de la experiencia.
Posiblemente se aprende combinando el actuar y la experiencia y en este caso ya
existen dos variables para pensar el aprender; experiencia se refiere al
estímulo o entrada y acción significa respuesta o salida.
3) El aprender con base en el
error y el ensayo. Es decir, aprendemos mediante pruebas y errores, o sea,
mediante tanteos. Pero a esto Skinner anota que "el comportamiento
correcto no es simplemente lo que queda después de haber evitado el proceso erróneo”.
En esta manera de aprender, hay no obstante, una "alusión a las
consecuencias en lo que podría ser una descripción topográfica de la
respuesta".
Pese a sus diferencias Con las
teorías clásicas, Skinner señala que ellas contienen las tres partes esenciales
de cualquier conjunto de contingencias o condiciones de refuerzo: 1) Aprender a
hacer, realza la respuesta; 2) aprender de la experiencia, indica la ocasión en
que se da la respuesta; 3) aprender del tanteo, sugiere las consecuencias.
"Más ninguna de estas tres partes puede ser estudiada enteramente por
separado, sino que para analizar bien cualquier caso dado de aprendizaje hay
que tener en cuenta las tres. Sería difícil conjuntar las tres teorías
respectivas de manera que se lograra componer una fórmula útil. Por fortuna, no
necesitamos hacerlo así. Tales teorías no tienen actualmente más valor que el
histórico" Entonces, en estas circunstancias, Skinner ofrece como
alternativa su tecnología de la enseñanza derivada del análisis del
comportamiento.
Observaciones
Se puede decir que por más que
lo haga con desgano, Skinner parte de la enseñanza y la mantiene en el centro
de sus investigaciones, planteando inclusive, como una finalidad de sus
propuestas, que el estudiante debe ser enseñado. Si tenemos en cuenta que la
enseñanza, históricamente ha sido no sólo un concepto sino también un campo
práctico, podemos afirmar la Pertinencia de las ideas de Skinner no sólo para
la historia de la Pedagogía, sino también para las reflexiones epistemológicas
que necesitamos impulsar para comprender la crisis de la Pedagogía. Esta crisis
debe ser entendida como la dispersión del objeto (teórico) que presentan las
ciencias de la educación y la reducción de la Pedagogía y la Didáctica a
disciplinas instrumentales que encuentran su razón de ser en las otras ciencias
de la Educación; esta situación limita el desarrollo conceptual de la Pedagogía
y es por ello que es urgente reconstruir su "memoria de saber" concediendo
a la enseñanza su gran importancia. Inclusive las tesis de Skinner evidencian
un planteamiento de orientación epistemológica según el cual, en muy amplia
medida, los desarrollos que provienen de otras disciplinas, son posible gracias
a la existencia del concepto de enseñanza y a su capacidad de comunicar otras
ciencias o saberes con la Pedagogía. En suma, así Skinner, sea ante todo un
psicólogo del comportamiento, debe ser estudiado en la historia de la
Pedagogía.
Aunque Skinner piense que las
teorías pedagógicas son caducas en orden a sus intereses, todavía muchos
conceptos y metáforas de la Pedagogía tienen gran potencia para el análisis, y
no es correcto que a nombre de la historia declare desierto el terreno de la
enseñanza para poder presentar sus propuestas. Pese a todo Skinner se situó en
la memoria del saber pedagógico; son varias las citas en que se refiere a
Comenio, Rousseau, Pestalozzi, Dewey y otros. Amén de su caracterización tan
endeble de lo que él llamó las teorías tradicionales.
Tecnología de la enseñanza
Para Skinner, el análisis
experimental de la conducta ha producido una tecnología de la enseñanza que
posibilita deducir programas, planes y métodos de enseñanza. Se conoce esta
tecnología a través de las máquinas de enseñar y de la instrucción programada.
Estas ideas y técnicas se desarrollaron al comienzo ampliamente, pero olvidaron
el contacto, según Skinner, con la ciencia que debe servirle de base; ni los
desarrollos de las máquinas de enseñar ni los de la instrucción programada
tomaron un sendero acertado.
"Hay muchos malentendidos
a propósito de las máquinas de enseñar. Supone a menudo que son meros
artefactos que mecanizan funciones desempeñadas otrora por los maestros y demás
educadores humanos”. El error característico de este tipo de máquinas es que
imitan al profesor y presumen que podrían sustituirle. Estas máquinas, en su
opinión, por más que desempeñen actividades propias del aprender han dejado de
lado el enseñar, y en consecuencia son meramente, "un modo de inducir al
estudiante a aprender sin ser enseñado”. También ha sido malentendida la
instrucción programada. Los primeros programas derivados de un análisis
empírico del comportamiento fueron hechos muy superficialmente, y que por más
que el estudiante, según su capacidad, avance paso a paso, entendiendo todos
los precedentes, un buen programa es algo más que eso; y es en el análisis
experimental del comportamiento donde se aclararían los malentendidos y donde
se relacionarían la enseñanza programada y las máquinas de enseñar.
Antes de dedicarse a la
educación, Skinner estudió el comportamiento de animales inferiores. Sabido es
su experimento con la rata en un ámbito donde hay un distribuidor de comida y
una palanquita que sale de una pared; cualquier acción de la rata que haga bajar
la palanca es "reforzada con comida". "El aparato hace
sencillamente depender la aparición de comida de la contingencia de una porción
arbitraria de comportamiento". Experimentos de este tipo, ponen al
descubierto la básica relación de dependencia, entre las consecuencias de los
actos y los mismos actos. "El proceso del condicionamiento operante es
bastante sencillo. Cuando una unidad de comportamiento tiene la clase de
consecuencia denominada reforzante, tiene mayor probabilidad de ocurrir de
nuevo.
El estudio del
condicionamiento instrumental (operante), aplicado a la educación, le permite a
Skinner definir que "enseñar es disponer de cierto modo las condiciones o
contingencias de reforzamiento en que los estudiantes aprenden. Ellos aprenden
sin enseñanza en sus ambientes naturales, pero los maestros disponen
contingencias especiales con fáciles y expeditas materias que aprender,
apresurando así la aparición de un comportamiento que, si no, sólo se
produciría lentamente, o asegurando que se produzca el que sin esas gestiones
nunca ocurría”.
La concepción de la enseñanza
así pensada requería de medios eficaces con capacidad de intervenir en el
comportamiento; una máquina susceptible de programarse meticulosamente sería la
herramienta más útil. "Una máquina de enseñar es un instrumento que sirve
para disponer las contingencias de reforzamiento hay tantos tipos de máquinas
como clases de contingencias”.
El maestro que no la utiliza,
no puede disponer muchas de las contingencias de reforzamiento que facilitan el
aprendizaje. "Los más completos aparatos no han eliminado al investigador,
y las máquinas de enseñar tampoco eliminarán al profesor. Pero ambos han de
tener tal equipo si quieren trabajar con eficacia”.
Estas apreciaciones de Skinner
generaron polémicas, las cuales presenta y objeta así:
1) En los primeros estudios de
comportamiento fueron utilizados animales inferiores. En tomo a esto, "se
ha argüido que sus procedimientos solamente son aplicables a animales, y que su
empleo en la educación es tratar al estudiante como un animal" .A esto
responde Skinner: "lo que la paloma y el ser humano tienen en común es un
mundo en el que prevalecen ciertas contingencias de reforzamiento".
2) Otra objeción rechaza el
uso de contingencias de refuerzo artificiales. "Estos reforzadores no
inciden de un modo natural en la conducta y puede parecer que hay en ellos algo
sintético, falso y hasta fraudulento" .El ataque a las contingencias
artificiales se base en Rousseau y su famoso libro "El Emilio".
"Rousseau quiso dar al traste con los sistemas punitivos vigentes en su
tiempo. Convencido como estaba que la civilización corrompe, recelaba también
de los reforzadores sociales. Su plan consistió en hacer que el educando
dependiera más de las cosas que de la gente”. Contra esto responde Skinner que
si "un maestro se limita a usar refuerzos naturales es con frecuencia
ineficaz, especialmente porque, como mediante ellos sólo pueden enseñarse
ciertas materias, acabará volviendo a recurrir a alguna forma de
castigos."
3) Una tercera objeción contra
la eficiencia de la instrucción programada es que de hecho no enseña algunas
actividades importantes. Se dice que un estudiante aprende a estudiar, cuando a
propósito de la preparación de un examen resuelve problemas y esclarece los
contenidos de las materias. Skinner anota que un programa construido sólo para
impartir conocimiento sobre una materia dada tiene una finalidad diferente.
"La programación se propone conseguir una cosa cada vez, mientras que los
modos eficaces de estudiar constituyen una meta distinta de la de los modos
eficaces de pensar". Pero, también pueden programarse técnicas de estudio,
por separado, como parte significativa en la educación del alumno, que
beneficien el aprendizaje sin necesidad de recurrir al castigo.
4) Existe la idea de que la
enseñanza eficaz desecha la educación para la creatividad. De manera muy escéptica,
Skinner piensa que el descubrimiento original rara vez se produce en el aula.
No se justifica que por educar la creatividad se sacrifique la enseñanza de
contenidos, de materias. El maestro como consecuencia de esto se debate entre
dos posiciones: o enseña las materias inhibiendo con esto la inventiva del
alumno o no enseñarle nada para que sea creativo. Es mejor, que el estudiante
conozca las contribuciones de quienes le precedieron, y su éxito dependerá de
los refuerzos que se le suministren para observar e inquirir bien.
Observaciones
¿Dónde ocurre? ¿En cuáles
territorios epistemológicos habla Skinner de la enseñanza? Sus reflexiones se
dan en el campo de la Psicología, en una rama particular llamada el análisis
experimental de la conducta. De aquí surge la tecnología de la enseñanza como
una aplicación de esos conocimientos al comportamiento. Suele deducirse
fácilmente que su interés en la enseñanza no es teórico, sino práctico. La
teoría está en la Psicología cuyas aplicaciones se extienden a la educación.
¿Es preocupante esta situación? De ninguna manera. El epistemólogo que estudia
la Pedagogía sabe que las ciencias no conocen fronteras para avanzar en sus
conceptos y aplicaciones. Lo único que debe preocuparle, es la manera como la
Pedagogía acoge tales aplicaciones; en su campo práctico, en su campo
conceptual.
Pero este proceso no es
espontáneo ni inmediato. Toma su tiempo. En la década del 70 era frecuente la
crítica al positivismo y desde allí se cuestionaba la imposibilidad de que los
conceptos fuesen tan evidentes como el mundo empírico. Hoy en día, que la
reflexión epistemológica ha avanzado más, es posible hacer interrogantes a
Skinner desde la propia Pedagogía. Por ejemplo, es motivo de reflexión actual
el cómo enseñar las ciencias; reflexión que parte de una crítica a la
generalización de un método único para enseñar las ciencias. Este tipo de
análisis, no se construye a partir del conductismo sino a partir de la
Pedagogía como disciplina que estudia la enseñanza y que tiene en su memoria de
saber una larga trayectoria, así sea muy accidentada, en proponer, experimentar
y conceptualizar el método de enseñanza. Mientras en una disciplina exista
actividad crítica y apertura hacia otras disciplinas O ciencias no hay que
preocuparse ante las aplicaciones provenientes de otros campos de conocimiento.
Ahora bien, si la base de la
tecnología de la enseñanza está en la Psicología, la base de las formas de
enseñar está en la Didáctica, y por tanto el dominio de reconceptualización de
la Pedagogía es capaz de incorporar a la Didáctica avances que beneficien la
enseñanza, y también de responder o de aceptar las críticas.
Maquinas de enseñar
Uno de los grandes afanes del
pensamiento de Skinner es la eficacia de la educación; esto es tan importante
para él como la generalización de la instrucción, la formación de mayor número
de maestros y la edificación de escuelas. Pese al incremento en recursos en
medios para la enseñanza., la educación llegó tarde a la técnica "quizás
por no haber sido bien comprendida su tarea"
Existen en la actualidad
recursos que pueden suplir algunas de las actividades que desempeña el maestro
con los contenidos; pero según el autor hay una función del profesor que no
pueden reemplazar estos recursos y es "el fecundante intercambio que se da
entre maestro y el alumno en las clases poco numerosas o en el régimen de
tutoría o clase particular"
Skinner advierte, que este
intercambio "ha sido sacrificado ya en gran parte por la enseñanza moderna”.
Es pues, evidente "el peligro de que se llegue a eliminarlo del todo si se
generaliza el uso de aparatos construidos simplemente con el fin de presentar
materiales por aprender. "El estudiante se está convirtiendo cada vez más
en mero receptor pasivo de instrucción”.
El espacio fundamental del
trabajo de Skinner es el enseñar; a los problemas en este campo concede notable
importancia porque considera que este aspecto de la educación ha sido
descuidado debido a que los psicólogos se dedicaron más al aprendizaje que al
enseñar.
Como ya se anotó, aunque
parezca sorprendente, el estudio del comportamiento de los animales, es
aplicable a los seres humanos; en este orden de ideas, surgieron
investigaciones cuyo propósito "ha sido descubrir las variables de las que
el aprendizaje es una función y controlarlas. Esta orientación práctica del
estudio ha dado sus frutos con creces, pues se ha conseguido un grado de
control notablemente alto". Mediante apropiadas contingencias de refuerzo,
se pueden obtener comportamientos, sometidos al control de determinados
estímulos; también es posible prolongar durante un tiempo largo la intensidad
del comportamiento suscitado.
Basado en esto, considera que
"enseñar a un estudiante es inducirlo a adoptar determinadas formas de
comportamiento, a actuar de determinado modo en determinados casos”. El
comportamiento que se debe producir y mantener en la enseñanza es, normalmente
verbal, y es necesario someterlo a estímulos verbales y no verbales. Para
aplicar en la enseñanza los conocimientos acerca de las contingencias de
refuerzo, que producen comportamientos, se requiere el uso de instrumentos
complejos; se sabe ya que se trata de las máquinas de enseñar que deben reunir
las siguientes características: 1) el estudiante deberá componer su respuesta,
pero no escogerla en un cuadro de alternativas, pues se busca que " grabe
en su memoria el modo de dar con la respuesta acertada y no sólo que la
reconozca al verla”. 2) al aprender un comportamiento complejo, el estudiante
va gradualmente, sin dificultad, acercándose a la plena competencia en ese
comportamiento. Para esto es necesario que los contenidos hayan sido preparados
en riguroso orden.
Pero no debe pensarse, dice
Skinner que la máquina por sí sola enseña. "Lo único que hace es poner al
estudiante en contacto con la persona que compuso los materiales didácticos.
"Con los cuales se podría enseñar a un número indefinido de alumnos,
situación comparable a los beneficios obtenidos con la enseñanza de un maestro
particular. Esta similitud es palpable según Skinner en los siguientes puntos:
1) Se presenta un intercambio continuo entre el programa y el estudiante. No
sucede así con las lecturas, los libros de texto y las ayudas audiovisuales. )
La máquina insiste para que un tema quede completamente entendido, insistiendo
en cada uno de los pasos antes de que el estudiante siga adelante. 3) Los
materiales que va presentando la máquina son aptos para la capacidad y
disposición de los alumnos, en el momento preciso. 4) La máquina ayuda al
estudiante a encontrar la respuesta correcta, mediante el orden de preparación
del material y recurriendo a sugerencias e indicaciones. 5) La máquina refuerza
al alumno, no sólo para obtener el comportamiento sino también para conservar
la intensidad.
El éxito de las máquinas de
enseñanza depende del material que se prepare y para ello es necesario
"suscitar formas de comportamiento específicas y someterlas, mediante
reforzamientos diferenciales, al control de estímulos específicos". Los
contenidos para la máquina deben tener "perspicuidad explicativa”. En
general los materiales didácticos carecen de ordenamientos lógicos o
gradualmente expositivos. Los ejemplos están encaminados en mayor medida a
mantener el interés del estudiante y en menor medida para aclarar términos y
principios.
El primer paso es la
delimitación del campo. El segundo reunir términos técnicos, hechos, leyes,
principios y casos de aplicación. Siguiendo un orden de desarrollo, se
organizan estos elementos y se distribuyen en un programa. Se elabora una lista
de las técnicas a emplear para reforzar las respuestas deseadas. Los términos y
datos de algunos cuadros, se volverán a utilizar en posteriores cuadros,
garantizándose de esta manera que los contenidos iniciales siguen activos.
Programar, exige un análisis
que no es tan fácil; un programador, rápidamente se da cuenta de que muchos
contenidos se dejan a merced del estudiante y otras veces, asuntos importantes
para comprender una cosa se dejan de lado. El programador es para Skinner el
personaje más significativo en sus propuestas. Los cambios de conducta que se
buscan en el estudiante y el trabajo cuidadoso en la preparación de contenidos
para la máquina, abren la posibilidad de que "el programador se enfrente
con todo el alcance de su tarea, abre el camino a un notable progreso de la
enseñanza".
Puesto que programar es un
ejercicio de análisis del conocimiento no deja de tener implicaciones en el
método científico, y estas "implicaciones epistemológicas inducirán a los
especialistas a dedicarse a componer programas”. Un especialista, en general
rehusaría la preparación de un manual, y no sería suficiente la motivación de
que los "maestros comunes" lo utilizarían en la enseñanza; pero el
"inmediato contacto resultante entre el programador y el discípulo, ofrece
unas perspectivas muy distintas, que, tal vez basten para inducir a los mejores
especialistas" al trabajo en este campo.